Antes de la pandemia, la formación en línea era vista con escepticismo. Sin embargo, esta crisis sanitaria nos demostró que la educación digital puede ser tan efectiva como la presencial. Este fin de semana, un grupo de estudiantes universitarios vivió una experiencia que cambió su perspectiva sobre la desvirtualización.
Durante dos semestres, estos estudiantes se conectaron a través de pantallas, compartiendo clases y proyectos. La flexibilidad de la educación en línea les permitió equilibrar estudios, trabajo y vida personal. Pero este fin de semana fue especial: viajaron desde diferentes provincias para conocerse en persona por primera vez. No fue solo un encuentro; fue un redescubrimiento de las conexiones humanas.
Sofía, una estudiante entusiasta, comentó emocionada: «Lo mejor de la experiencia fue conocer a mis maestros y compañeros en persona. Nunca imaginé lo diferente que se siente.» Para Cristina, la oportunidad de conocerlos cara a cara fue invaluable: «Fue increíble ver a todos fuera de las pantallas» Joseph Iván destacó lo enriquecedor que fue interactuar con sus compañeros y descubrir detalles de sus vidas diarias que no se pueden percibir a través de una pantalla: «Interactuar con mis compañeros y saber sobre ellos» Jose disfrutó particularmente de conocer a compañeros de diferentes provincias: «Conocer a mis compañeros de diferentes provincias amplió mi red de amistades y me hizo sentir más conectado.»
Al verse cara a cara, los estudiantes sintieron la diferencia de interactuar físicamente. Las sonrisas, los abrazos y los gestos positivos crearon un ambiente de camaradería que las pantallas difícilmente podrán replicar. Este encuentro les permitió valorar de una manera distinta a sus compañeros de la pantalla, fortaleciendo los lazos y provocando emociones que solo el contacto humano puede generar (networking).
La experiencia de desvirtualización vivida por estos estudiantes subraya la importancia de equilibrar la educación en línea con las interacciones humanas reales. Este encuentro no solo fortaleció sus relaciones, sino que también reafirmó el valor de la conexión humana en un mundo cada vez más digital. Como mencionó Carina, «Nada se compara con la calidez de un abrazo y la energía de una sonrisa en persona.»
Marlon Tandazo Palacio
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