Mientras se tranquilizan los ánimos y bajan las tensiones por los resultados electorales del domingo que decidieron dar la oportunidad de una segunda vuelta a los presidenciables Daniel Noboa y Luisa González, proponemos la necesidad de insistir sobre una realidad que debe preocuparnos a todos.
Una realidad que día tras día va minando la salud particularmente de la gente lojana, el terrible cáncer, cuya propagación alarma, preocupa, inquieta. Actualmente, según especialistas, más de 7000 pacientes de cáncer están recibiendo atención y tratamiento en el hospital Isidro Ayora y en SOLCA de Loja. Preocupándonos además la lógica de la creciente propagación que ubica a la provincia en los primeros lugares del país; y desde luego la política de salud del nuevo Gobierno, que debe garantizar lo más preciado del país, su capital humano, de forma preferente y equitativa, que incluya a Loja también.
Por lo dicho, tenemos la impresión de que estamos descuidando la urgencia de fortalecer la gestión en procura de conseguir el mayor apoyo gubernamental, comenzando por pagar la deuda a SOLCA, para reprochar tan terrible enfermedad cuya propagación sigue al alza. Allí está una de las primeras acciones y gestiones de los nuevos asambleístas por Loja. El cáncer no se cura si para su tratamiento nadie apura.
Es obvio suponer que tanto el hospital Isidro Ayora como SOLCA cuyo servicio está superando niveles de importancia, requieren de un equilibrio económico para servir al creciente número de pacientes de cáncer, en su mayoría pobres, para darles esperanza de vida. Advirtiendo que la vida de ellos no puede estar bailando al son de la pobreza institucional, porque entonces los cementerios de los pobres tendrán que ampliarse para los muertos de cáncer.
Esta realidad debe preocuparnos porque el IESS no cura esos males, así gane la González; y la atención al tema no será ligero así Noboa llegue primero.
Adolfo Coronel Illescas