De los carnets de discapacidad al 4-2

En un mundo en que lo que fue noticia ayer, y ello nos impactó, nos indignó, nos molestó, pero que ahora ya no lo recordamos, es decir, en el mundo de la inmediatez, es revolucionario tener memoria. Hace lustros, parece ser, nos indignaban los sobreprecios de los contratos de los gobiernos de izquierda, pero también las mochilas escolares de los gobiernos populistas, y también la afección de los derechos humanos de los gobiernos de derecha, pero ahora ya no, ¿por qué? Porque lo olvidamos. Meses atrás veíamos como nos indignaba el reparto de hospitales y también que resultaba ser que la mayoría de la asamblea era incapacitada-por carnet porque por eficiencia hace mucho que de algunos de sus miembros ya no queda duda- pero ¿nos sigue indignando ello? No, ya ganó la selección. No digo que sea malo, digo que el foco de atención se va, las prioridades se manipulan y la memoria es frágil.

Y en un mundo en donde todo mundo quiere atención, y todo candidato puede hacer cualquier cosa para tenerla, por ejemplo, regalar kits de alimentos, hacer tik toks, recogerse la camisa para no verse tan “estirado”, la atención es lo que más se necesita. En un mundo, en que nos dicen que van hacer, y se ofrece el oro y el moro, empleo y recuperar la patria y representar al pueblo, yo siempre me pregunto ¿cuál pueblo? el pueblo que les vota, el pueblo al cual le ofrecen puesto y me pregunto también ¿cuál patria? la que no quiere un estado que distribuya riqueza o la que se trata como hacienda, en este mundo saber las prioridades es demasiado importante. Y en un mundo en que el corrupto de ayer, es el honesto de hoy. Y el que falló en su gobierno ayer, se vende como el efectivo del futuro. La memoria es indispensable