La grave situación social, económica, de inseguridad y política en la que injustamente ha caído el país, pero de manera particular nuestras prósperas ciudad y provincia de Loja, obliga con la urgencia del caso a reorganizar o reestructurar el plan de desarrollo cantonal y provincial, en una gran agenda de trabajo, a corto, mediano y largo plazos.
Para ello necesitamos contar con la participación espontánea de personas honestas, serias, sinceras, sin egoísmos, con paciencia, dispuestas a renunciar alguna aspiración personal, sacrificar y ceder cualquier cosa por importante que le parezca, cuando de escuchar, respetar y resolver la mayoría se trate.
Si nos revestimos y pensamos de buena fe, sin odios, sectarismos ni retaliaciones en contra de nadie, sin discriminación de ninguna naturaleza, raza, color, religión o credo político, si incluimos la participación activa y entusiasta de los jóvenes, si facilitamos la actuación de su rol protagónico y complementario de la mujer, entonces, este sueño o algo utópico podrá estamparse en las páginas de nuestra historia la posibilidad cierta de constituir la respetable Junta de la Lojanidad o el nombre que sea necesario.
Este alto organismo de Loja puede convertirse en una interesante instancia o instrumento de apoyo que determine el verdadero diagnóstico de nuestra realidad, trace las líneas de compromiso y acción, fije las metas y objetivos claros, encuentre las alternativas y propuestas de solución para salir de estas dificultades. Deberá cuidarse de no desviar ni distraer su visión en buscar culpables, evitar debilitarse abriéndose frentes de confrontación para no malgastar ni quemar tiempo.
Entonces, con esta entusiasta propuesta de la Lojanidad, su gobierno puede ser presidido o liderado, mediante el sistema de turnos. Para lo cual, recomendamos vacunarse contra el figureteo, el acomodo personal, la todología, autoritarismo, la trampa y la traición.
Rómulo Acaro Guerrero
romuloacaroguerrero@hotmail.com