Amurallan a los guayacanes en el cantón Zapotillo

Hay preocupación en Mangahurco. Habitante habla de tenencia no legalizada y sobrevaloración de terrenos. 

La colocación de cercas viene desde el inicio de la pandemia.
La colocación de cercas viene desde el inicio de la pandemia.

Zapotillo.- A raíz del inicio de la pandemia del coronavirus, en marzo pasado, ciudadanos con ascendencia zapotillana y también ajenos al cantón, ubicado en la frontera con el Perú, en la provincia de Loja, han llegado a la parroquia Mangahurco para llenar de cercas a la zona, evitando el paso hacia donde se encuentran los guayacanes. Esta acción tiene preocupados a los 1.200 habitantes que consideran un certero golpe al turismo.

Las especies vegetales son muy visitadas por propios y extraños todos los años. Su florecimiento, que se da en varias parroquias de Zapotillo, entre ellas Mangahurco, atrae la atención de cientos de personas, que llegan a disfrutar del color amarillo y también del clima cálido de esa zona.

Habitantes, inquietos

La presidenta del Gobierno Parroquial de Mangahurco, Mercedes Farfán Becerra, manifiesta que, dada esta situación, se ha acercado donde las personas que están cerrando los terrenos con cercas y que le informan que no cuentan con el permiso del Municipio, ni con las escrituras, pero que esos  espacios corresponden a sus ancestros y que les pertenece.

Esto, agrega, ha corrido traslado al alcalde, Efrén Vidal Sarango, tanto telefónicamente, como por escrito, sin embargo, no ha dado respuesta alguna a la inquietud de la autoridad y los moradores.

“La cercas y las construcciones que realizan no van a tono con nuestra comunidad”, expresa, al tiempo aclara que si estos espacios tienen dueños y quieren poner límites que lo hagan, pero no están de acuerdo que se efectúe de manera arbitraria, sin contemplar lo que establece la ordenanza municipal, propiciando el desorden urbanístico.

La dirigente considera que, si hay un crecimiento desordenado con cercas en todos lados, sin línea de fábrica y con materiales como cemento, malla, madera, alambre de púa, entre otros, Mangahurco puede perder su belleza natural y, por tanto, se matará al turismo que es el principal sustento del lugar, en particular durante los ocho días que dura la floración, donde se obtiene buenos ingresos económicos para la comunidad.

“Los turistas que venían a acampar, a tomarse fotografías, ahora ya no podrán hacerlo”, dice Mercedes Farfán, quien anuncia que este jueves, 10 de septiembre de 2020, se tiene planificada una reunión con el alcalde en la parroquia, para llegar a algún acuerdo, principalmente que solicite la presentación de los documentos a quienes desarrollan las tareas de amurallamiento del lugar.

Precisa que, entonces, si no hay documentos en regla, los terrenos son del Estado. También señala que Mangahurco tiene una proyección turística con zonas verdes, sitios adecuados, entre otros, aunque dice que sí hay personas que necesitan un lugar para vivir y que bien se les puede dar en los terrenos sin escrituras, que podría ser de 10 metros por 20, pero es necesario coordinar aquello con la Municipalidad.

Tenencia no legalizada

En criterio de Santos Luna Rueda, habitante de la parroquia, la tenencia de la tierra aún no está legalizada y que ello, por ser perímetro urbano, le compete el Municipio, con cuyo alcalde, dice, se ha reunido para abordar el tema colocación de cercas, incluso en aquellos lugares donde hay mayor preferencia de los turistas para ver la floración.

Santos Luna revela que los costos de los terrenos subieron en forma considerable y ello ha hecho que las personas se dejen contagiar por la ambición y proceden a marcar los espacios para luego venderlos hasta en 15 mil dólares cuando hasta hace poco no se vendían ni en mil dólares.

“Ha llegado gente de otros lados a comprar estos terrenos e hizo que se encarezcan”, comenta y argumenta que ello se debe a los atributos que tiene la parroquia. Opina que el Municipio debería asignarle un espacio a la gente que verdaderamente necesite y que sea oriunda de la parroquia.

Afectación al turismo

Especifica que en la parte donde más se ha instalado cercas es en el barrio Santa Teresita, desde donde se avista mejor el florecimiento de los guayacanes. Santos Luna advierte que esta mala acción perjudicará notablemente al turismo.

CLAVE

Este medio de comunicación quiso recabar un criterio del alcalde, Efrén Vidal Sarango, sin embargo, no respondió al llamado del celular, ni al mensaje de texto que se le dejó.

‘Cinco mil hectáreas disponibles’

Al ser declarada la zona reserva de biosfera del planeta, cinco mil hectáreas están disponibles para que los visitantes vayan sin restricción alguna y donde los árboles de guayacán hay también en gran número, es decir, desde Cazaderos hasta Progreso. 

Hay mucho que ver porque son 49 mil hectáreas de guayacanes y cinco mil  están en la reserva para todo el mundo. También hay otros atractivos como los monos aulladores, cocodrilos, aves y más.

Rodrigo Muñoz, ambientalista y ciclista lojano.