Muchas dudas nacieron desde la posesión del binomio Noboa-Abad una fricción desde el principio de los tiempos, en donde se veía con duda el papel que podría desarrollar en el país luego de la muerte cruzada.
Se habla de la participación de la política de la mujer, pero estos hechos que han ocurrido alrededor de la figura de Verónica Abad, nos dan indicios de violencia política de género.
Enviarla a “cumplir misiones diplomáticas”, no dejarla ejercer sus obligaciones, decretar dos vicepresidentas cuando la ley es clara, nos debería generar la interrogante: ¿los derechos políticos de mujeres son realmente respetados en el Ecuador?
Esto no es de líneas políticas, es no volver al Ecuador de la década de 1990 que le quitó sus derechos a Rosalía Arteaga. Debemos levantar la voz para vivir en país en donde se respeten los procesos, leyes y que vivamos una campaña electoral a altura.
Lo que está pasando en el país es desafiar la Constitución, es crear un limbo en donde la ley se ha convertido en opcional, en donde como ciudadanos no podemos tomar el orden de lo opcional, sino que debe ser cumplido porque la Constitución no es un texto que debe ser interpretado según mejor convenga.
Lo que vemos que pasa en el poder es la antesala para saber qué pasará en los cuatro años de gobierno, ya que lo que ha pasado ahora pone en tela de duda el papel que podría desempeñar la persona que ocupe el cargo, agravándose si la misma es mujer. Pensemos en el país que aspiramos tener para poderlo llegar a divisar.
Verónica Capelo