Tomemos por el lado positivo

Frente a la incontenible ola de contagios por el coronavirus, que supera y largo lo que ocurría hace un año, con una letalidad que está causando conmoción en todo el país, y por el clamor de la Federación de Médicos del Ecuador, el presidente Lenín Moreno, el pasado 23 de abril, firmó el Decreto Ejecutivo 1291 que contempla el estado de excepción, con diario toque de queda  desde las 20h00 hasta las 05h00 y confinamiento total los fines de semana, hasta el 20 de mayo, en 16 provincias que son las más afectadas, entre ellas Loja.

Los médicos consideran que estas medidas no son suficientes, que debiera ser confinamiento total, por lo menos durante 15 días, pues, tras la experiencia en las dos primeras semanas, no se ha mejorado en nada y la tragedia continúa. Y nos preguntamos ¿por qué? La respuesta es fácil. Al comienzo de la pandemia, todos teníamos terror de enfrentarnos a una situación personal o familiar de contagio; sin embargo, cuando pasaron los meses de mayor zozobra y vino la semaforización, con discrecionalidad para que cada COE cantonal arbitre las medidas restrictivas, de conformidad con sus circunstancias, vino la relajación de la ciudadanía que, aparentemente, aprendió a vivir con el virus.

A inicios de este año parecía que, con la aplicación de la vacuna, el malvado virus había sido derrotado. Sin embargo, cuán lejos está la realidad pues, el mes que concluyó, Ecuador ha vivido la peor incidencia de contagios y muertes desde la aparición del mal, ahora con nuevas variantes.

Es obvio que las medidas que devienen del decreto 1291 golpeen a la economía de varios sectores, que ya denotaron su inconformidad, como las cámaras de industrias, de la producción, de comercio, de turismo, etc. por los millones de pérdidas que se ocasionan. Pero, ¿no les parece que son criterios demasiado egoístas? Pues, están pensando solamente en sus réditos y no en la vida de los ecuatorianos. Tomemos las medidas por el lado positivo y hagamos causa común de que, solamente con sacrificios, pero vivos, saldremos adelante.

Darío Granda Astudillo

dargranda@gmail.com