Sinvergüenzas, shameless, mascalzone, crapule, yachachikuna

¡Esto es el colmo! Por el lado que se mire.  Sí amarillo, verde o rojo. El éxito del país, que es suyo y mío, no depende de colores ni de sabores. Chabacano o no, al pan pan y al vino vino.

De qué nos sirven estos letrados con peachedés (PHD) y magíster de magísteres, si lo único que tienen en mente es el “vil metal” y por ello venden el oro y el moro. No les importa un c_rajo la institucionalidad, médula espinal de la supervivencia, ni tampoco el bienestar de los ecuatorianos. Ellos están enfrascados en zurcir sus bolsillos, rotos por el peso de sus conciencias con dinero escombro de la venta de sus honores.

Pepe contra Vicente, Viche contra José. La justicia contra la Constitución, el Legislativo contra el Gobierno. Electoreros contra electores, Jueces contra la Policía, empleados contra empleadores… Pero nunca “Pueblo contra Trincas”.

A este paso, el país se derrumba, la impunidad criminal se eleva a los altares y la moral se vuelve religión de pendejos.

Mientras tanto los descamisados, chineados a plena luz del día por los compadres de la “Componenda”, no reaccionamos. Pegue nomás patroncito, pegue nomás.

¡Qué ironía! ¿Nos merecemos estos chuchumecos disfrazados de mesías?

¡No compadre! ¡Despierta! Pero ¡Ya! Mañana es muy tarde. Dejaremos solo cenizas a nuestros hijos de lo que fue este bello y tranquilo paraíso enclavado en el corazón de Los Andes. ¡Despierta! No para volverte a dormir, sino para reclamar tus derechos.

Jaime Vinicio Meneses Aguirre

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