Pablo A. Y., de 24 años, ya se olvidó que en 2022 él y otros ciudadanos se salvaron de ser condenados por el robo con fuerza de un teléfono celular porque uno de los fiscales de Delincuencia Organizada, Transnacional e Internacional (Fedoti) se abstuvo de acusarlos argumentando que no hubo acusación particular y ese delito no se sanciona con una pena de 15 años de cárcel.
Pero, la madrugada del domingo, 1 de diciembre de 2024, Pablo A. Y., junto a Alejandro P. G., de 20 años, se involucra en el robo de un piano, una licuadora y varias prendas de vestir, de una casa, ubicada en un barrio del suroriente de la localidad, donde ellos ingresaron violentando las seguridades disuasivas que no los detuvieron.
Pablo A. Y. y Alejandro P. G. fueron detenidos por la Policía Nacional, emplazada en la provincia de Loja, que en la localidad ejecutaban operativos de contención para reducir la impunidad en el cometimiento de los delitos de acción pública y privada; únicamente, Pablo A. Y. tiene antecedentes penales por aquel delito cometido en 2022, por el cual fue sobreseído.