Participación digital

El acceso y uso de la Internet suponen oportunidades para participar en la democracia, sin embargo, varios episodios muestran que aquellos que tienen competencias para involucrase en el mundo digital aportan poco o incluso erosionan los debates públicos.

Las plataformas, sitios Web, aplicaciones y correos electrónicos, entre otras opciones, vinculan a los electores con sus representantes para agilizar la prestación de bienes y servicios, tanto en sectores públicos, privados y comunitarios, por ello los diálogos, solicitudes o reclamos tienen respuestas inmediatas e implican avances en los grandes ámbitos sociales, políticos y económicos de gestión social.

Por ejemplo, una alerta, una denuncia o un reconocimiento son rápidamente difundidos a través de la red, pero luego de “viralizados” es difícil cambiar la percepción generada, por lo tanto, se requiere cumplir con criterios de veracidad, respeto y cuidado en las publicaciones. Lamentablemente, existe sensacionalismo en la intervención virtual, los ciudadanos y sus líderes construyen malentendidos en lugar de opinión pública.

En Loja, hace pocos días se cuestionó y juzgó un error en la escritura de una mención otorgada a una joven, en algunas discusiones se criticó a los funcionarios, en otras a las categorías culturales, pero en pocas se relacionó el hecho con los temas de desarrollo sostenible, ¿cuán necesario e importante es un evento de belleza para reducir las brechas de inequidad? ¿cómo se ejerce una ciudadanía digital? ¿se usan la redes y espacios online para velar por la dignidad de las personas y proponer alternativa para el progreso humano?

Queda mucho por hacer, el primer paso es la tolerancia, respetar el derecho a la libertad de expresión e identificar cómo unir talentos para vencer los obstáculos que impiden la paz.

Abel Suing

abelsuing@gmail.com