No todos están contentos

Luego de 23 días de una campaña con pocos argumentos de los finalistas Noboa y González, pero con mucha basura en las redes sociales por parte de sus feligreses, el domingo 13 de abril fuimos a las urnas. El pueblo dio un triunfo categórico a Daniel Noboa con un 55.62% (5.868.916 votos) contra 44.38% (4.682.026 votos) de Luisa González. 

Pasadas las 21h00, cuando la tendencia era irreversible, el CNE anunció su victoria.  Obvio: felicidad para los adherentes de ADN y frustración para los de la RC5. Las luces del triunfo encendieron las ciudades del país con desfiles motorizados y otros testimonios festivos, mientras las tarimas de la RC5, listas para celebrar, se quedaron vacías, menos la de la  sede central de Quito en donde Luisa González,  muy contrariada, agradeció a sus seguidores y se negó a reconocer el triunfo de Noboa, manifestando que se había cometido “el fraude más grotesco” en la historia democrática del país, comulgando con el mensaje de Correa que habló de un “mega fraude”, mientras que Maduro, dictador y dios de los fraudes, dijo que lo de Ecuador era un “horroroso fraude”. Para sorpresa de Luisa, las figuras más representativas de la RC, y que son funcionarios públicos de elección popular, no apoyaron su tesis y reconocieron el triunfo de Noboa. Igual lo han hecho la mayoría de países del mundo, incluidos EE.UU., Rusia y China.

Según información del CNE, estos comicios estuvieron supervisados por varias misiones internacionales con cerca de 500 representantes por parte de OEA, Unión Europea y otros países del mundo a los que se unieron observadores nacionales. Sus informes dicen que los comicios en el Ecuador se realizaron de manera tranquila y sus resultados, claros y transparentes. Aparte, a las juntas receptoras del voto acudieron un aproximado de 50 mil veedores por bando para controlar el proceso y los escrutinios y nadie habló de anomalías. ¿Cómo se puede hablar, entonces, de fraude? Vendrá el periodo de impugnaciones antes de la proclamación oficial de los resultados. Es obvio, si hubo fraude, la parte afectada, tiene que demostrarlo con pruebas ante los organismos competentes, de no haber la materialidad del delito, quedará solamente en presunción.

Darío Granda Astudillo

dargranda@gmial.com

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