Neutralidad en tiempo de crisis

Existe la llamada falacia del punto medio, que atribuye cierta credibilidad a alguna postura por equidistar al resto. Como quienes en su ideología política afirman ser de derecha o izquierda, pero al no identificarse con nadie, buscan el “punto medio”, y con el afán de que su prejuicio cognitivo resulte eficaz, inducen su pensamiento a posturas eclécticas con premisas que las intuyen convenientes como no votar por ninguno, anular el voto, etc. Sin examinar que podrían basarse en subjetividades que no están resolviendo ningún problema. No en vano, dentro de la epístola “De Profundis”, Oscar Wilde se preguntaba por qué Dante Alighieri ubica a los enamorados de la melancolía en el infierno, y es que no únicamente fueron ellos, ya que subrayó: “El más oscuro rincón del infierno está reservado para aquellos que conservan su neutralidad en tiempos de crisis moral”. Es ahí cuando surge en nosotros la interrogante de porqué junto a la gente realmente mala, el gran Dante haya ubicado también a los neutrales. Y qué podríamos pensar, si dentro de un pasaje bíblico, en el libro del Apocalipsis duramente se hace referencia a los llamados tibios: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio […]” (Apocalipsis 3:15-16). Sin lugar a dudas con el afán de evitar algún problema, de ser observadores que no se involucran en enfrentamientos coyunturales, aquella tibieza en nuestra actitud, genera desidia, incapacidad, falta de comprometimiento y valor para hacer frente a la vida, tomando una postura determinante. “Ser o no ser, esa es la cuestión” de ahí que Shakespeare abre esta duda existencial de la conciencia humana, decidir racionalmente. Así llega la hora electoral, lejos de observar propagandas, ilustrémonos y ejerzamos nuestro voto con conciencia, los nulos y blancos en nada contribuyen al momento de requerir definiciones.

Lucía Margarita Figueroa Robles

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