Los fantasmas del reciclaje

La recolección de residuos reciclables es un trabajo esencial pero nadie lo quiere reconocer. Si no fuera por los recicladores informales, mucha chatarra se iría al basurero, por lo que son un claro actor de la economía circular. Los recicladores ofrecen un servicio a la sociedad y un SERVICIO AMBIENTAL por el reciclaje que realizan de forma gratuita; según Federico Demaria experto en reciclaje informal en el mundo, “Las empresas privadas cobran de la Administración por recoger, transportar y reciclar esos materiales; mientras que los recicladores informales hacen algo parecido sin cobrar nada del Estado”.

Los recicladores se enfocan justamente en los metales, una de las fracciones que más se escapan de los circuitos oficiales de la gestión de residuos; donde el sector formal convive e interactúa con normalidad, con el informal. La informalidad empieza cuando el reciclador recoge el material que encuentra en un contenedor: en la calle, en una obra o que le entregan en una casa, y acaba cuando lo vende a una empresa formal y legalizada. Luego, a su vez, ese establecimiento oferta el material a otros intermediarios más grandes, que son los que después lo venden a la industria recicladora.

Este debería ser un trabajo dignificado, como dijo un amigo que se dedica al reciclaje, “Me gustaría que fuese una labor regulada, dónde poder asegurarme una jubilación el día de mañana. Esto no deja de ser un trabajo, no dejas de buscarte la vida”.

David Álvarez

daalvarezv@gmail.com