La falta de precipitaciones pluviales pasa factura a los habitantes que sufren los racionamientos de agua, incendios forestales y los apagones que entraron en su segundo mes de vigencia.
Los últimos viernes y sábado, 22 y 23 de noviembre de 2024, el cielo de la ciudad de Loja se pobló de negros nubarrones, lo cual hizo presagiar que, por fin, luego de alrededor de cuatro meses de fuerte estiaje, llovería, pero no ocurrió así, pero, el anhelo de los habitantes continuó en pie hasta que, finalmente, este domingo, 24 de noviembre, a eso de las 03:00, se vino una considerable precipitación pluvial.
Estiaje y cortes de agua
La fuerte lluvia de la madrugada sorprendió a los lojanos y, a su vez, sembró esperanzas en todos porque, al parecer, se empieza a dejar atrás un potente verano que ha pasado factura a la población, en cuyas residencias el agua llega de manera racionada.
Asimismo, están los apagones, que el último viernes, 23 de noviembre, cumplieron dos meses de vigencia, así como los incendios forestales que vienen diezmando miles de hectáreas de vegetación, con el consecuente daño para la flora y la fauna.
Lo sucedido en Loja se replicó en la parroquia Vilcabamba, del cantón y provincia de Loja, donde, desde las 06:00 y por el lapso de una hora y media, cayó un fuerte aguacero. Ello coincidió con oraciones que los habitantes del Valle de la Longevidad elevaran el último sábado, desde las 20:00 hasta las 00:00. El pedido fue único: que llueva.
Incendios forestales
Vale recordar que, tanto Vilcabamba, San Pedro de Vilcabamba y Malacatos, vienen siendo golpeadas, desde el 11 de noviembre de 2024, por sendos flagelos forestales, eventualidad que movió hacia esos sectores a helicópteros de Perú e Italia a sofocar las llamas por medio de descargas de agua.
Calvas y Saraguro no corrieron la misma suerte de Loja y Vilcabamba. En esos cantones lojanos desde hace meses no se dan precipitaciones pluviales, situación que preocupa a los habitantes, especialmente agricultores, ganaderos, entre otros sectores.
En la parroquia Nambacola, del cantón Gonzanamá, desde las 06:00 de ayer, se registró una ligera llovizna que no pasó a más. Allí también el agua hace falta para irrigar los campos.
- Labor en las áreas afectadas
Personal de bomberos de las estaciones Vilcabamba y Malacatos se desplegó a Cucharillo y Toronche, de Vilcabamba y San Pedro de Vilcabamba, respectivamente, para extinguir los focos de fuego que aún persisten. Nueve bomberos, 31 militares y comuneros trabajaron para lograr el objetivo.
En el Puesto de Mando Unificado, en el aeropuerto de Catamayo, efectivos coordinaron las descargas de agua para esos lugares, de igual forma, en el Puesto de Mando Unificado de San Pedro de Vilcabamba, se trazaron los trabajos en tierra y aire para erradicar completamente el incendio.