Si depende de ti, y no lo cambias, lo que te sucede es tu elección. La vida está llena de decisiones, y muchas veces nos encontramos en situaciones donde la responsabilidad de lo que nos sucede recae sobre nosotros. Cada día, enfrentamos elecciones que pueden parecer pequeñas, pero que, acumuladas, definen nuestro camino. Si elegimos permanecer en una situación que nos desagrada, estamos, en esencia, eligiendo esa realidad. Tomar una decisión y arreglar una mal tomada, no será fácil y puede llevarnos mucho trabajo, pero al menos hay que intentarlo.
Sin embargo, también hay aspectos de la vida que escapan a nuestro control. A veces, las circunstancias externas, como el entorno o las decisiones de terceros, influyen en nuestro bienestar. En estos casos, es crucial reconocer que, aunque no podamos cambiar la situación, sí podemos decidir cómo reaccionar ante ella.
La clave está en encontrar un equilibrio. Aceptar lo que no podemos cambiar y enfocarnos en lo que sí está en nuestras manos. Al final, nuestra actitud y nuestras respuestas son elecciones que nos empoderan, permitiéndonos navegar por la vida con mayor claridad y propósito. Así, cada día se convierte en una oportunidad para elegir, crecer y aprender.
Al tomar conciencia de nuestras elecciones, no solo nos volvemos más responsables, sino también cultivamos una mentalidad de crecimiento que día a día nos permitirá ser una mejor versión de nosotros mismo.
Santiago Ochoa Moreno