La educación como pilar fundamental del desarrollo

No es nada nuevo que todos los países desarrollados le apostaron a la educación como instrumento para su desarrollo. La educación desde su visión se transformó en la herramienta para elevar el nivel de vida de la población, garantizando con ello la innovación y la transformación social.

Según el Banco Mundial (2020) la educación se constituye en el motor del desarrollo económico y social de una nación, sin educación no hay futuro. Está debe constituirse en un instrumento esencial para la reducción de la pobreza y lograr la estabilidad social.

Una educación de calidad fortalece la democracia, las instituciones y fomenta la cohesión social. La historia nos ha enseña esa relación entre el desarrollo de las naciones y la importancia que estas le han dado a la educación. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un año adicional de escolaridad incrementa el PIB per cápita de un país entre 4 y 7%. Por lo tanto, la educación no debe ser considerada un gasto, sino una inversión.

Pero, qué marca la diferencia entre países como EEUU y Ecuador, si mientras en el primero apenas un 4.75% de su población tiene acceso a la educación superior, en Ecuador lo tiene el 28%. Se entiende que mientras más individuos se eduquen, mayor será la recompensa para el país. La respuesta está en la calidad de la educación, mientras en el primero la educación obedece a los intereses generales y cuenta con 11 de las mejores universidades del mundo, para cumplir con sus objetivos; en Ecuador la educación es mediocre y se ha constituido en el medio para embrutecer a la masa, adoctrinándola al servicio de los intereses de la clase política.  

Pablo Ortiz Muñoz   

acuapablo1@hotmail.com