Funciones Ejecutivas de los docentes

Las Funciones ejecutivas emocionales referidas a las habilidades de satisfacer los impulsos básicos siguiendo estrategias socialmente aceptables, corresponden a las capacidades más importantes para la conducción de la vida personal. En ese control de las emociones, los lóbulos frontales participan junto con los lóbulos temporales, entre los que se establecen un gran número de conexiones. Según Portellano (2005) el área prefrontal regula la conducta emocional adaptándola a las circunstancias del momento y la corteza orbitofrontal y el circuito que se activa desde esta área permite concientizar las emociones, armonizar la conducta social, actitud empática, moralidad y acatamiento de las normas de comportamiento social (Najul, et al, 2007).

De acuerdo con Tirapu-Ustarroz et al (2008) el circuito ventromedial, se asocia con el procesamiento de señales emocionales que guían la toma de decisiones hacia objetivos basados en el juicio social y ético. La habilidad para reconocer y regular las emociones determina en gran medida, la respuesta que, traducida en acciones, desarrolla el ser humano a lo largo de su vida y que a su vez dependen de los estímulos, factores socioculturales, ambiente familiar e interacciones con los demás. Desde la práctica pedagógica no solo se trabaja con habilidades cognitivas, sino que las emociones juegan un papel muy importante en el proceso de enseñanza y aprendizaje, por ello el docente debe trabajar en el control emocional, no desconociendo la naturaleza de las situaciones que se le presentan bien sean positivas o negativas, sino desde la autopercepción y gestión de las respuestas emocionales de una manera eficaz, teniendo presente que es un modelo para sus estudiantes. Según Mayer, Caruso y Salovey (2000), proponen que las personas que han desarrollado esta habilidad de percibir, identificar y expresar su propio estado emocional, tienen menos dificultades al momento de identificar y empatizar con el estado emocional de otros, y la precisión y concisión con la que lo realicen depende en gran medida del autoconocimiento que poseen de sus propias emociones, lo cual les permite evaluar de igual manera los estados emocionales de los demás individuos con los que interactúan (Mestré et al. 2008).

Cambio y fuera

Richard E. Ruiz O.

reruiz@utpl.edu.ec

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