Aproximadamente un millón setecientos mil estudiantes de los diferentes niveles, pertenecientes a los regímenes de Sierra y Amazonía, inician hoy, de manera progresiva, su ciclo escolar 2024-2025. Sin dudas, todos acuden con su espíritu colmado de aspiraciones con miras a recibir una excelente formación académica y axiológica, porque quieren superarse y ser un aporte positivo para sí, su familia y la patria.
Aparentemente parece que todo está listo y dispuesto para que el año académico que se inicia camine de la mano de la total normalidad hacia derroteros de superación; sin embargo, el panorama no pinta para tanta normalidad pues, se conoce que, más de quinientos establecimientos están incluidos en el nivel de alto riesgo, por la presencia de grupos delincuenciales que causarían problemas de seguridad y se requiere de una permanente presencia de la seguridad pública para evitar cualquier situación de peligro. Desde el Ministerio de Educación se ha garantizado que, efectivos policiales y militares, están listos para cumplir con su trabajo. Sin embargo, nos preocupa que la inseguridad haya ganado tanto terreno, sobre todo en la sierra, para que se deba acudir a situaciones de esta naturaleza.
Otro problema, y que no es nuevo, es el denunciado a través de periodismo de campo, en donde medios audiovisuales han dado cuenta del pésimo estado en el que se encuentran varios centros educativos fiscales tanto en su infraestructura, tan obsoleta o desalineada que es un riesgo para sus potenciales habitantes durante nueve meses, al tiempo que, su mobiliario anuncia un estado deplorable. En esta parte vale preguntarse: ¿qué han hecho los departamentos del Ministerio de Educación, a través de sus autoridades seccionales, que durante las vacaciones no se han preocupado por buscar su refacción de manera que queden expeditos para recibir a sus alegres inquilinos? ¿negligencia? ¿falta de recursos?
Como ecuatorianos alentamos que, este nuevo año lectivo, se cumpla dentro de los parámetros que el gobierno y las autoridades del ramo han programado, incluyendo nuevas asignaturas que como la Cívica y Ética, ofrezcan una educación que comprometa a los alumnos con el valor y respeto que la Patria y sus símbolos se merecen.
Darío Granda Astudillo
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