Es comunicador social, docente, actor de teatro, informático, escribe narrativa, guionista, diseñador gráfico.
El mes de permanecer en coma y la recuperación lenta, pese a haber pasado alrededor de un año de ese quebranto severo en su salud, no frenan a Danny Fabricio Torres Motoche, un lojano, de 34 años, casado y padre de dos hijos, como dice, “uno blanquito y otro negrito”.
Tiene a su haber varias habilidades que van desde la docencia, la comunicación social, el teatro, entre otras, hasta la técnica especial para arreglar computadoras.
Gratitud con sus compañeros de escuela
Sus estudios primarios los cursó en la Escuela Miguel Ángel Suárez, plantel al que le guarda una inmensa gratitud, particularmente a sus compañeros de clase porque fueron ellos quienes estuvieron junto a él durante los 30 días que permaneció en el lecho del dolor. Hasta ahora siguen pendientes de la evolución de su estado de salud.
La preparación secundaria la realizó en el colegio La Dolorosa y luego en el Colegio Nocturno Vicente Anda Aguirre. Debió ingresar a éste último por la necesidad de trabajar en el día como ayudante de mecánica automotriz.
En la preparación superior le apostó por varias carreras en la Universidad Nacional de Loja, donde estudió a la par Derecho y Comunicación, aunque se definió por esta última y dejó la Jurisprudencia, tras estar allí un año. También tiene a su haber un ciclo de Contabilidad.
Aparte, se ha preparado académicamente en diferentes universidades, a través de cursos, talleres, simposios, conferencias, entre otros. Ahora, tiene en mente inscribirse en una maestría, relacionada con la Lengua y la Literatura para bachillerato y, asimismo, dado su accionar cultural, piensa en un postgrado en proyectos.
Las diversas facetas de Danny Torres
De padre lojano, madre cuencana y abuela materna costeña, Danny Fabricio Torres ejerce la docencia en el Colegio Particular Eugenio Espejo, donde imparte la materia de Lengua y Literatura y también teatro, que es otra de su faceta en el ámbito cultural.
Como docente manifiesta que se encuentra a gusto y que las clases las hace amenas y que a ello contribuyen sus alumnos, a quienes les enseña aplicando sus diversos conocimientos teóricos y prácticos en teatro, diseño gráfico, elaboración de guiones, narrativa, multimedia, lecturas teatrales y más.
Y es que se encuentra satisfecho porque sus discípulos del ‘Eugenio Espejo’ están leyendo, especialmente poesía que ha pegado en los alumnos y también ha gustado a los padres de familia y a la ciudadanía en general.
Si bien dice su profesión no es docente porque en Comunicación Social no se enseña para ello, Danny Torres manifiesta que allí aplica sus conocimientos adquiridos en las manifestaciones culturales que practica con el teatro, la danza y que, sobre todo, acude a asesoramiento de entendidos en educación y diversas escuelas del pensamiento. Su inclinación por los cursos y talleres también le han servido para cumplir con su labor de docente.
El comunicador social
Licenciado en Comunicación Social, dice que, aunque no ejerce en su totalidad, sin embargo, le ha permitido relacionarse con varias empresas y entidades, a las cuales realiza proyectos comunicacionales, videos, diseños gráficos, trabajos para radio como cuñas, entre otros.
Entonces, señala que sus conocimientos en comunicación y teatro le han dado un “plus y me han permitido sacar proyectos que, si dependiera de otra gente, capaz que se hubieran truncado”.
Aclara que no tiene el título de diseñador gráfico, pero que aprendió ese arte sobre la base de la capacitación y la práctica. No descarta algún momento, en el marco de su profesión de comunicador, realizar reportajes tanto audiovisuales como escritos o un documental, pero bien elaborados.
También es un hombre apasionado del teatro. Su incursión en esta manifestación inicia desde muy joven hasta llegar a ser parte del Teatro Nacional Antifaz.
Asimismo, expresa que le gusta mucho la poesía, aunque enfatiza que no la analiza, no la estudia, menos la escribe, pero sí la disfruta como escuchar una buena canción.
El también guionista de teatro, quien, a propósito, revela que este arte está muy venido a menos y que poca importancia se le da, cuenta que la narrativa le fascina, en particular la técnica monólogo a público, que consiste en contar algo en primera persona.
Tiene un par de cuentos escritos y espera algún día recopilar y publicar, sea digital o para compartir, aunque por ahora no ha pensado publicar, pero sí le sirve escribir historias para poder decirles a sus alumnos que también lo hagan sobre la enseñanza del maestro.
En la informática
Danny Torres también le hace a la informática. Todo empieza en su hogar cuando, por la crisis económica, un computador permanecía un buen tiempo sin arreglar. Entonces, le saltó la idea de incursionar en aquello. Le sirvió mucho el ejemplo de un tío suyo, Marco Ávila, un radiotécnico, quien le iba enseñando hasta que un día, a sus 15 años, tomó el equipo muy antiguo ya y empezó a abrirlo y de allí partió todo, aunque dice lo dejó peor que antes. La constancia y su visión posibilitaron que se preparara.
Con Diego Robles, también artista de teatro, intercambiaron conocimientos hasta, que finalmente, aprendió a ensamblar computadoras. Ello le permitió trabajar en Master PC por un buen tiempo y luego las empresas empezaron a llamarlo.
El mecánico automotriz
Un tiempo estuvo en Guayaquil y a su retorno su madre, muy molesta, lo envió a que trabajara. Fue a hacerlo en la mecánica de propiedad de un señor Cabrera, ubicada cerca del Colegio La Dolorosa.
Allí el maestro le enseñó el oficio y aprendió mucho hasta que se ganó sus propios clientes, al igual que lo hizo en el tema computadoras. De esta faceta dice no tener buenos recuerdos porque vio que los operarios del local no actuaban de buena manera con los propietarios de los vehículos.
“Estas experiencias, que también las comparto con los estudiantes en el colegio, ayudan a valorar ciertas cosas y lo que se enseña en clases sobre ética y moral no solo quede en palabras”, precisa Danny Torres.
PREPARACIÓN ACADÉMICA
Es gestor cultural.
Muy amigo de cineastas.
Capacitado en las Casas de la Cultura de Cuenca y Guayaquil.
Es Miembro Correspondiente de la CCE-Loja.
Se ha formado con profesores alemanes y argentinos, tanto en el arte, la cultura y la docencia.
CLAVE
Tiene 34 años.