En el complejo mundo de la política, es común observar cómo muchos seguidores defienden a sus líderes, pues como decía Platón: “La justicia es el interés del más fuerte” y a menudo, los partidarios de un político ven sus acciones como un reflejo de sus propias creencias y valores, justificando lo injustificable y dejando de lado la verdadera justicia.
La psicología social juega un papel crucial en este fenómeno. La teoría de la disonancia cognitiva, propuesta por Festinger, sugiere que las personas buscan coherencia entre sus creencias y acciones, incluso cuando esta no existe. Cuando un político actúa de manera cuestionable, sus seguidores pueden minimizar el impacto de esos actos para mantener su apoyo. “Es más fácil engañar a la gente que convencerla de que ha sido engañada”, decía Mark Twain, y esto resuena en la forma en que muchos eligen ignorar la verdad.
Además, la polarización política alimenta esta defensa. En un entorno donde predomina el “nosotros contra ellos”, los partidarios tienden a ver a su líder como un salvador, independientemente de sus fallos. Como dijo George Orwell: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”.
Finalmente, es esencial recordar que la crítica constructiva es vital para la democracia. Como afirmó Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Fomentemos el pensamiento crítico para lograr un futuro más justo y transparente.
Santiago Ochoa