Diversidad y emancipaciones

La inclusión es una de las claves del futuro. El Covid-19 evidenció la necesidad de ejecutar las medidas dispuestas para atender las diferencias, que a pesar de estar en leyes no se cumplen. La diversidad implica identidad, riqueza y respeto por el otro, y es una característica de sociedades democráticas porque integra a las minorías.

Hay políticas públicas orientadas a grupos vulnerables que, además de hacerlos visibles, han ayudado a insertar el tema en los medios de comunicación, sin embargo, hay otros colectivos o nuevas carencias que tienen poca acogida en la opinión pública.

Los emigrantes y refugiados, el autismo, los debates de género, los juegos electrónicos y otros asuntos que ocupan los diálogos cotidianos de las personas tienen presencias intermitentes en informativos analógicos y digitales, pero no son prioritarios. Así se comprenden las demandas urgentes por nuevas emancipaciones que llevan adelante varias asociaciones y fundaciones.

La nueva normalidad es una oportunidad para edificar un mundo tolerante y lo más justo posible, propósito que en primera instancia debe continuar fomentándose en los espacios educativos y en los medios de comunicación. Los programas académicos dirigen sus contenidos hacia la igualdad, la equidad, la accesibilidad, resta entonces acrecentar las prácticas, ir al ejercicio de los valores. Mientras que los medios de comunicación mantienen delicados equilibrios entre sostenerte financieramente y responder a los intereses de las audiencias.

Al final, la capacidad para guiar y decidir sobre diversidad e inclusión queda en manos de cada persona, de cada familia para que en uso de sus competencias y criterios resuelva cómo aportar a una convivencia armónica.