Con el dinero que los corruptos le roban a nuestro país, un niño, un adolescente, un joven pierden la oportunidad de educarse; un anciano de recibir su jubilación; un enfermo de recibir atención y salvar su vida.
Un deportista de pierde la oportunidad de ser apoyado para triunfar, una persona con discapacidad de recibir su bono, un agricultor de contar con ayuda para su producción, un estudiante de ser becado, un emprendedor de conseguir incentivos para crear empleos, una familia de conseguir una vivienda digna, un barrio de recibir servicios básicos, y mil ejemplos más.
La corrupción nos roba la oportunidad de una vida mejor, pero depende de ti, ¿eres parte de la solución o del problema?
Si eres funcionario público, siéntete orgulloso de servir a nuestro país, da lo mejor de ti en lo que hagas, y te pido un favor: ¡No robes!
En el camino encontrarás muchas ‘oportunidades’ para ser corrupto, pero la decisión final está en ti.
Recuerda que ese dinero no te pertenece, no es digno, y que puedes engañar a la justicia y a los ciudadanos, pero no a tu propia consciencia.
Las malas acciones traen consecuencias negativas para tu vida, llámalo karma o castigo divino, por tus actos serás juzgado.