Un rápido resumen. El quitar los subsidios desencadena que los precios de los combustibles se incrementen y por lo tanto entender que de forma directa los precios de los pasajes en todas sus modalidades también lo hagan, llevando consigo el encarecimiento de los productos de primera necesidad y suntuarios. Es evidente que golpea en lo más profundo al bolsillo ya agujereado de todos los ecuatorianos en el sector urbano y rural, encareciendo la vida y extendiendo aún más la brecha entre el SBU y la canasta básica. ¡Sí!, todos nos vamos a la borda. Incertidumbre + Inflación + Política Rancia + Corrupción igual a un coctel de subdesarrollo profundo. Pero, ¿cuál es la causa o causas?, talvez el resultado de políticas populistas, aventureras sin horizonte alguno, con su aplicación consumada por grupos de poder cuyo interés es seguir melando del debilitado estado. Un juego del bienestar entre comillas probo a costilla del país, ocultando la realidad cruel que consume las arcas fiscales con un subsidio no focalizado y gasto presupuestario similar al entregado por el bono, una inyección constante de recursos al narco tráfico y el contrabando y el beneficio de aquellos que hacen de una supuesta lucha social el banquete para sus huestes. Ahora, el tomar decisiones tajantes como reasignación de recursos transparentemente o eliminar el subsidio genera un remezón social total, un cambio paradigmático, la presencia de complicaciones, pero con la probabilidad de futura calma y un redireccionamiento del buen hacer, ¡siempre y cuando se despoje de la administración toda la corrupción!, que si bien es cierto está enraizada pero no es imposible despojarse de ella. Ejemplos existen, algunos países del medio oriente han optado por eliminar los subsidios y con ello presupuestos saludables. La decisión no pasa por si es de izquierda o derecha, aquí las cuentas fiscales son las que evidencian el problema que acarreamos. La decisión es o seguir a un lado de la orilla viendo como la corriente se lleva todo hasta el último fragmento sobre el cual nos encontramos o arriesgarnos y nadar a contra corriente llegando al otro lado donde las posibilidades están prestas a seguir trabajando en pro del pueblo.
Paúl Cueva Luzuriaga