Evolución y supervivencia, solo los más aptos sobrevivirán mientras los débiles no lo harán. Una teoría tan brusca propio de un estado de naturaleza, pero tan real y adecuada para definir el comportamiento humano y la evolución social que hoy nos gobierna.
Y viene al contexto de una sociedad amasada en la fricción y la violencia, en la corrupción y el desgobierno, ingredientes básicos para crear un entorno algo distópico, ajustado a una anarquía social, que en la práctica ya lo vez habitual.
A ello se suma un aditamento tan propio de estas modernidades, que es el “consumismo desmedido”; y es aquella tendencia inmoderada de adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios, que incluyen imágenes y sonidos sensacionalistas, todo a través de tu dispositivo celular.
El camino expedito hacia una alienación cultural, la individualización de lo que antes era colectivo, y configura en tu imaginario una realidad de violencia, de crimen, de corrupción, de sicaritos y extorsiones que empiezas a normalizar.
La falta de institucionalidad y el descredito de las pocas existentes promueven esa descomposición social que la vemos en el día a día en noticieros. Las disputas de territorios y las guerras entre bandas son las muestras más fieles de este estado natural que empieza a gobernar, y aunque las veas lejanas y creas que esa ola no llegará a tu orilla, no puedes estar más equivocado.
Porque pese a que tiendas a individualizarte cada vez más, formas parte de un colectivo que te llevara inevitablemente a los problemas sociales (subsidios, IVA, gasolina o elecciones). Por lo que te queda esperar y sucumbir al embiste social o prepararte y afrontar correctamente ésta cruda realidad.
Jorge Ochoa Astudillo
jorge8astudillo@gmail.com