El sacerdote inicia su recorrido a las 06:00 y concluye en horas de la noche, todos los días.
El sacerdote Manuel Ponte está decidido a concretar su sueño: adquirir una casa para acoger allí a los abandonados por sus familias y la sociedad en general y que se encuentran al momento en plazas, parques, avenidas, calles, en condiciones de vulnerabilidad.
Cuenta que su campaña de solidaridad consiste en recorrer los diversos sectores de Loja, con una alforja al hombro, y lo hace solicitando un dólar por persona.
Con el producto que logre recaudar en el tiempo que sea necesario se proyecta adquirir una casa, en la ciudad de Catamayo, donde están funcionando los hogares Juan Pablo II, para varones, y Virgen del Rosario, para mujeres. Allí se acoge a personas de 18 a 75 años.
“El abismo donde debo morir es el corazón del abandonado. Seré un sacerdote pobre para alimentar a muchos pobres. No me ayudan los que más tienen, sino los que más aman…”. Son los principios que guían al padre Manuel Ponte en su actividad diaria, que la inicia a las 06:00, todos los días, y va hasta las mismas horas de la noche.
Así, con ese objetivo social, “me encontrarán en las calles, en las puertas de las instituciones, en los mercados y en todo lugar, pidiendo un dólar para comprar el inmueble para mis abandonados, siempre con la alforjita de Juan Pablo II”, manifiesta el religioso.
En este contexto, solicita el apoyo de los habitantes de la ciudad y provincia de Loja, así como del país en general para brindar un albergue propio a los que él considera abandonados de la calle.
“A quienes me ayuden para comprar la casa para mis heridos de la calle, Dios Todopoderoso cure sus heridas, sane sus almas, todos los santos que vivieron y murieron junto a los pobres y desamparados los proteja”, precisa.
CLAVE
Cualquier ayuda o información se recepta al celular 0968021263.