A Daniela, allá en el cielo…

María Daniela García Romero, una estrella brillante que iluminó la vida de todos los que la conocieron, nos dejó de manera repentina, dejando un vacío imposible de llenar en los corazones de sus seres queridos. Con solo 29 años, su partida nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento.

Como médica, Daniela tocó vidas y corazones con su dedicación y empatía. Pero fue en las reuniones familiares y de su tierra donde su espíritu sociable y alegre brilló con mayor intensidad. Su risa y su sonrisa eran contagiosas, y su presencia era un regalo para todos. Ahora, su recuerdo nos acompaña, y su legado de amor y bondad sigue vivo en nuestros corazones.

La vida y la muerte son dos caras de la misma moneda. La partida de Daniela nos hace reflexionar sobre la brevedad de la vida y la importancia de aprovechar cada instante. Sin embargo, incluso en la muerte, su memoria nos inspira a vivir con más intensidad y a valorar las relaciones que nos rodean. Sus hermanos, Antonio y Doménica, seguirán perennizando su huella indeleble de perseverancia, sosiego y ternura.

A sus padres, Álvaro y Norma, les ofrecemos nuestras más sentidas condolencias. Que Dios le entregue el consuelo basado en el amor y la memoria de su hija. Que la luz de Daniela siga guiándolos y que su recuerdo les dé la fortaleza para seguir adelante. Descansa en paz, querida Danielita. Tu huella en el cielo será eterna.

Sybel Ontaneda Andrade

sybelontanedandrade@gmail.com

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