El deseo de lograr progresos que deriven en bienestar es una constante en la sociedad, y así debe ser como parte de la naturaleza de las personas, sin embargo, concretar las aspiraciones no es sencillo porque surgen limitaciones, muchas de ellas derivadas de las ausencias de diálogos.
Así, una de las claves del desarrollo integral es el fomento de espacios de encuentro para identificar lenguajes y significados que ayuden a comprender y consensuar puntos de vista. Esto implica una práctica constante de auténticas libertades de expresión para acrecentar el respeto y la tolerancia tan necesarios en Ecuador.
Persisten los problemas causados por la violencia, los desfalcos, los oportunismos y otros males que hunden al país en más pobreza. Se reprochan a los políticos, se acusa a la policía, se cuestionan a los jueces, pero hay pocas autocríticas de los ciudadanos. Los líderes tienden a ver en otros las carencias sin reconocer sus propios errores. Es difícil aceptar que en el origen de las dificultades están todos comprometidos, por acción o por dejar pasar los acontecimientos sin una mínima preocupación.
Se necesitan proponer explicaciones sencillas, iniciar con compromisos específicos, ceder y evitar que los intereses particulares nublen el bien común. En esta intención, las miradas apuntan a los medios de comunicación social para que, en cumplimiento de sus compromisos deontológicos, permitan conformar una opinión pública diversa, plural, participativa. Antes y ahora, los medios de comunicación son el catalizador de las aspiraciones ciudadanas, deben continuar con su labor pedagógica, permitiendo a las comunidades reconocer las soluciones en las que deben trabajar.
En 2025, vendrán elecciones, nuevas consecuencias del cambio climático, innovaciones en las aplicaciones de la inteligencia artificial y otros escenarios que suponen retos y oportunidades y significarán mejoramientos si los primeros pasos son diálogos donde todos intervengan.
Abel Suing
arsuing@utpl.edu.ec