El domingo 7 de febrero a pesar de todo, se realizará las elecciones presidenciales en nuestro país; sin duda alguna un mal momento, es la Ley que así lo establece.
Y en esta maratón de tantos aspirantes por ocupar las vacantes, se ha podido notar de todo un poco: partidos y movimientos improvisados o de alquiler, candidatos que no saben que van hacer otros que, desde ya están repartiéndose lo poco que le queda al Ecuador y lo que menos se percibe es interés real por el bienestar de un pueblo o amor por una patria que ha sido ofendida. Desde aquí la importancia de nuestro rol como ciudadanos; no solamente de aquellos que tenemos el voto facultativo, por ser muy jóvenes o viejos, los motivados por intereses netamente “personales” o quienes solo quieren evitar pagar una multa etc. Sino de todos los ecuatorianos, para cumplir honrosamente con un deber cívico, sin amenazas o presión, a no ser la de nuestra conciencia, que nos garantizará sentirnos bien con nosotros mismo, impulsándonos a seguir batallando, para superar la crisis de salud, emocional y económica, que ahora mismo estamos viviendo.
Sobre todo, sin convertirnos en espectadores inactivos, a los que habría que recordarles el sabio recado de Einstein: “El mundo no será destruido por los que hacen daño, sino por los que ven y no hacen nada”. Para asumir el compromiso de intentar pertenecer a un país enorgullecido, por dignidad y con libertad.
Talía Guerrero Aguirre
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