Los devastadores incendios, que han consumido cerca de 12 mil hectáreas de bosque en el cantón y la provincia de Loja, han dejado una profunda herida abierta en nuestro ecosistema, en la economía local y especial en algunas familias que lo han perdido todo.
Si bien el apoyo decidido de la comunidad, del Cuerpo de Bomberos, el valioso contingente de los helicópteros y la presencia de las lluvias, han logrado controlar el fuego, ahora es momento de mirar el presente y hacia futuro, para emprender una ambiciosa tarea de reconstrucción verde, en las zonas afectadas.
Es importante que, bajo el liderazgo de un patriota técnico en la materia, respetado por la sociedad civil, se conformen de inmediato comités de emergencia para coordinar las labores de forestación y reforestación. Estos grupos deben estar integrados por expertos en la defesa del medio ambiente, autoridades locales, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos comprometidos con la causa.
Debemos priorizar la reposición de las especies nativas que son fundamentales para la biodiversidad de nuestra región. Es indispensable implementar campañas y medidas de prevención contra incendios. Organizar y capacitar personal voluntario decidido a defender lo nuestro y evitar que se repitan tragedias como esta.
La reconstrucción de nuestros bosques no solo es una cuestión ambiental, sino social y económica. Estos son el hogar de una gran variedad de especies. Regulan el clima y protegen los suelos. Su pérdida tiene un impacto directo en la calidad de vida de las comunidades locales y en la economía de la provincia.
Es hora de demostrar que Loja como siempre es una provincia resiliente y capaz de enfrentar los desafíos más grandes. Por ello, invito a todos los lojanos a unirse a esta noble causa y a trabajar juntos para construir un futuro más verde y sostenible.
Rómulo Acaro Guerrero