El incendio forestal ocurrido en el cantón Quilanga, ha dejado un panorama sombrío y desolador en las parroquias de Fundochamba y San Antonio de las Aradas por la afectación a numerosas familias cuya actividad es la agricultura, ganadería y la producción avícola, sustentada en la mayoría con préstamos de BanEcuador y que hoy no tienen como pagar. El futuro de cientos de damnificados es incierto si el Gobierno no les ayuda a solventar el impacto que es económico y ambiental.
El alcalde de Quilanga Juan Carlos Santín, estima que más de 5mil hectáreas han sido afectadas por las llamas que ardieron por 10 días desde el 23 de agosto pasado, destacando la quema de varias hectáreas de café considerado el mejor del Ecuador, ganador de la Taza Dorada por su calidad, cotizada internacionalmente.
El siniestro por la magnitud logró despertar una cadena de solidaridad, movilizado a gente de pueblos y comunidades de la provincia, instituciones locales y provinciales, a cientos de bomberos de Loja, Zamora Chinchipe, de cantones aledaños; y por sobre todo logró apoyo de los países vecinos Perú y Colombia que enviaron aeronaves especializadas para ayudar a combatir el fuego, recibiendo de todos, la gratitud del corazón por su enorme muestra de solidaridad.
Pero hay que destacar la sacrificada gestión de sus propios habitantes. Es que Quilanga es un pueblo de hombres laboriosos y patriotas, respetuosos y hospitalarios, que han venido progresando con alma de líder y agitando solamente la enseña del trabajo y dignidad.
A ese hombre de la provincia distinguido con respeto y cariño como el “Chazo”, nuestra solidaridad y pedido para que siga allí como expresión de amor a la tierra que nos da vida, porvenir y gloria. Estamos seguros que las autoridades realizarán los mejores esfuerzos para garantizar que más allá de los duros días, hay esperanza y firmeza para superar estos embates de la adversidad.
Adolfo Coronel Illescas