Semana de definiciones

El tiempo, viajero incontenible e insobornable, nos pone frente a una semana que será crucial para el destino del país: las elecciones presidenciales y de asambleístas. Se ha cumplido con el calendario previsto por el Consejo Nacional Electoral que, con la experiencia que tiene, ha organizado el evento comicial de forma idónea, contando con la colaboración de todos los estamentos y personal necesarios, de manera que, el domingo 9 de febrero, sea un verdadero día de la democracia nacional.

Como pocas veces, un total de 16 candidatos corren por la presidencia de la República, un número que, de por sí, habla de la pobreza ideológica en materia de políticas partidistas; pero, qué le vamos a hacer si así es nuestra idiosincrasia, dentro de lo que las leyes permiten. Es evidente una clara polarización de candidatos con dos: Daniel Noboa (ADN) y Luisa González (RC) que, sin dudas, ocuparán los dos primeros lugares, mientras que los 14 restantes apuntan a ser compañeros de papeleta, pero nada más; hasta ahora, no se avizora un candidato (a) que podría romper este panorama, a pesar de que, en el debate organizado por el CNE, la candidata por sociedad patriótica, Andrea González, tuvo una interesante participación. Es obvio que no va a ocurrir lo sucedido en el 2023 cuando Noboa, luego del debate (eran 8 candidatos), subió como la espuma para llegar segundo y, luego, ganar la presidencia; muchos creen que no será necesaria una segunda vuelta.

Los medios de comunicación y redes sociales han sido las plataformas en las que, los candidatos, han tratado de identificarse con sus seguidores, con discursos cargados de promesas, algunas irrealizables, o con apariciones jocosas y hasta ridículas. Las concentraciones masivas han sido escasas, entendemos que por seguridad.

La suerte del país está en nuestras manos, en nuestra inteligencia, en nuestra percepción para escoger la mejor opción que vaya a gobernar a este país que, este momento, es víctima de una delincuencia insostenible, con un narcotráfico que espanta y con severos problemas en la economía, ahora con mayores afectaciones por las deportaciones desde Estados Unidos. Ecuador es un país hermoso y rico, trabajemos unidos para reivindicarlo, para ello elijamos bien.

Darío Granda Astudillo

dargranda@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *