
El Profeta pidió un balcón en cada pueblo. Parra Carrión conjuró revolución y fue Raúl Clemente Huerta el hombre popular. La gente gritó, pueblo contra trincas y se refundó el país. Llegó Pan, Techo y Empleo que yo no me ah_evo y otro vociferó, ven para mearte enano… Sin dar un paso atrás en medio de flores y miel se comprobó que si se puede. Retumbó, nunca más el ayer, pero este necio regresó con la regalada gana en un solo toque. Nos llenamos de Ratas, Ratones y Rateros inspirando la Tocata, Robata y Fuga.
“Me la gané, me la gané, por Diosito santo que me la gané.”
Vino Tres, solamente tres, pero murió en el intento. Llegaron los gobiernos del reencuentro con puro sabor tropical y Full blanco puro tabaco negro, descubriendo al Comesolito con una botella del Milagro de la Naturaleza.
“Cosa ma’grande de la vida chico” se inauguró la Tremenda Corte, te Salvaste Gallito y Marlboro nos invitaba al sabor. Café Press 2, los demás cero y Coca Cola refresca mejor.
Cayó la revolución en manos de: apágame esa hu_vada…Invierte los resultados o te jodes. Y con éticas frases como: si roban, roben bien y mi sueldo de legislador no me alcanza ni para una semana, se comprobó que primero hacía falta una revolución cultural.
Regresó Andrés otra vez y ella llamó a la militancia de R.C. También a los ciudadanos honestos de nuestra Patria. Así se les acabó la fiesta y llegó el tiempo de valientes. “El hecho que sea pacífico, no significa que sea ah_evado.” Todo entre comillas porque Quakeres quaker, los demás, sooon cuentos.
Jaime Vinicio Meneses Aguirre