Luego de las elecciones y un proceso electoral construido desde la improvisación e inseguridad jurídica, en la que abono en gran medida una campaña electoral de segunda vuelta de insultos, inventos, mentiras e incluso extrema demagogia, pues ahí todo lo pueden, nada es imposible, el problema posterior es de qué manera cumplirán cada oferta. La democracia y la clase política del Ecuador no puede estar sometida a violencia y campaña sucia, debemos aprender a respetar al electoral que debe ejercer su voto con total libertad y por su candidato de preferencia.
El Ecuador luego de este proceso electoral y sobre todo el nuevo presidente de la República, es quien debe ejercer un gobierno para todos, no solo para un sector o clase social; por ello, la importancia de construir acuerdos nacionales, pactos de respeto y tolerancia, acciones a favor del pueblo, darse la oportunidad de confiar, ya que el país no soporta más enfrentamientos en detrimento de la democracia. La ciudadanía necesita respuestas claras y contundentes, en muchos aspectos, como lo son: la salud, superar la pandemia, apoyar a los hospitales, contratar con trasparencia, generar empleo, seguridad ciudadana, igualdad, respeto, entre otra infinidad de situaciones que se deben afrontar.
Este nuevo gobierno que se posesionará el 24 de mayo de 2021 necesita tomar las riendas de un país sin horizonte, donde su capitán no ha tenido norte, en la cual las desigualdades se observan día a día, donde no hay control alguno en la actuación pública y se enfrenta una pandemia con privilegios. El desafío es muy grande y este nuevo gobierno debe estar a la altura, de una vez por todas, de dar soluciones a los grandes problemas nacionales. Ecuador necesita un proyecto nacional de país.
Daniel González Pérez
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