Los medios de comunicación alternativos desempeñan un rol fundamental en la sociedad, porque permite una diversidad de voces y perspectivas que distan mucho de lo que ocurre en los medios tradicionales.
La horizontalidad de la información y la participación ciudadana son también razones válidas que sostienen a los medios alternativos. Además, la agenda informativa que construyen está enfocada a potenciar el sentido crítico de la gente, la discusión y el intercambio de ideas como elemento que promueve el desarrollo del conocimiento.
El I Congreso Latinoamericano de Comunicación, desarrollado entre el 19 al 21 de octubre y organizado por el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal) y la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS), fue el escenario ideal para debatir el papel crucial de los medios de comunicación alternativos en la sociedad, ya que se convierten en contrapeso a los medios dominantes.
Además, contribuyen a la democratización de la comunicación, por su mayor flujo de la información y garantiza una diversidad de voces que estuvieron marginadas o excluidas del poder mediático tradicional que es controlado por las grandes cadenas.
Dada la gran capacidad tecnológica y cobertura geográfica que tienen los medios tradicionales, deberían ser los abanderados de dar a conocer las necesidades que viven los habitantes de los sectores menos favorecidos, así como las inequidades que permiten acentuar más la brecha social; sin embargo, los que se encargan de aquello son los medios de comunicación alternativos que en el día a día de alguna manera informan, previenen, advierten y comunican la problemática de las comunidades vulnerables. La existencia de los medios alternativos es vital en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Su apuesta organizativa y comunicativa es fundamental en momentos de crisis porque rompe con el cerco mediático que defiende el discurso oficial.
César Sandoya Valdiviezo
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