Maritza Cabrera: el poder del amor y la resiliencia en la lucha por su hijo

Mantiene su alegría y fortaleza por los logros conseguidos. Cada día se motiva más a seguir creciendo.

Maritza Cabrera es una atractiva mujer luchadora. 

El amor inquebrantable de una madre hacia su hijo es la fuerza que impulsa a Maritza Elizabeth Cabrera Valdivieso. Su vida ha estado marcada por el aprendizaje constante y la lucha diaria junto a su hijo, Carlos Daniel Tutillo Cabrera, un joven de 18 años que, a pesar de enfrentar una condición de parálisis cerebral, se mantiene activo y lleno de ganas de superarse.

Maritza, con una fortaleza admirable, ha convertido cada reto en una oportunidad para construir un futuro prometedor para Carlos Daniel. Su dedicación y resiliencia la han llevado a buscar siempre lo mejor para él, enfrentando con valentía los desafíos que la vida le ha presentado.

Un camino de aprendizaje y fortaleza

Nativa de la parroquia Paletillas, en el cantón Zapotillo, Maritza lleva 26 años residiendo en Loja. Su formación académica comenzó en la Escuela Luis Felipe Borja y el Colegio de Bachillerato Galo Vélez Rivera. Posteriormente, se graduó como ingeniera comercial en la Universidad Nacional de Loja.

Su vida profesional inició mientras aún era estudiante, desempeñándose como funcionaria en el Gobierno Provincial de Loja y, más tarde, en la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Cámara de Comercio. Sin embargo, todo cambió con el nacimiento de Carlos Daniel. Maritza decidió dejar su carrera para dedicarse completamente a su hijo, quien desde pequeño requirió rehabilitación diaria debido a su condición.

“Han sido muchos años de tratamientos y aprendizaje. Mi hijo se ha convertido en mi inspiración para salir adelante”, menciona Maritza, calificando a Carlos Daniel como una bendición que le ha dado la fortaleza para luchar todos los días.

Apoyo invaluable

El camino no ha sido fácil, pero Maritza reconoce que la fortaleza que le inculcaron sus padres, José Cabrera y María Valdivieso, ha sido crucial. Sus cinco hermanos también han sido pilares importantes, al igual que el apoyo recibido por la familia paterna de Carlos Daniel, especialmente debido a los gastos que demandan sus tratamientos diarios.

En su esfuerzo por brindar una educación adecuada a su hijo, Maritza enfrentó muchas dificultades para encontrar una institución que lo aceptara. Finalmente, logró inscribirlo en la Escuela Ciudad de Loja Número 2, especializada en personas con capacidades especiales. Por las tardes, ambos dedican tiempo a las terapias necesarias.

“A diferencia de lo que muchos piensan, para mí ha sido una experiencia hermosa. Este compromiso me ha llevado a valorar los pequeños logros de mi hijo, que hoy puede caminar y ser independiente en muchas cosas”, comenta Maritza con orgullo.

Proyección y sueños

Maritza tiene claro su propósito: seguir luchando para que Carlos Daniel aprenda y prospere, ayudándolo a integrarse en la sociedad y generando más oportunidades para él. Además, entre sus sueños está abrir un restaurante que no solo sea un espacio atractivo para la comunidad, sino que también permita ofrecer un ambiente cálido y buena comida.

La historia de Maritza Cabrera Valdivieso es un ejemplo de amor, resiliencia y dedicación. Una madre que, con valentía y determinación, transforma los retos en triunfos y sigue escribiendo, junto a su hijo, un inspirador capítulo de vida.

VOZ

“La fortaleza para seguir adelante nos la da primero Dios, y luego los niños, que cada día aprenden y, al mismo tiempo, nos enseñan”. 

“El mensaje para todos es que siempre se puede. Aunque enfrentemos momentos difíciles, debemos aprender de ellos y nunca rendirnos”

Maritza Elizabeth Cabrera Valdivieso

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