Hoy recibí un mensaje de un gran amigo al cual aprecio y respeto mucho, la misiva consiste en la Parábola de las Cucharas Largas. El escenario con personas tratando de obtener comida de una vasija llena de sopa que se encuentra distante a las mismas, separada por un precipicio, todos luchando para obtener su propia comida, y peleando para que los otros no obtengan la suya, que en si es un símil de lo que acontece en la sociedad moderna en todas sus dimensiones, al final todos comprenden que sumando esfuerzos y alimentado al prójimo el vuelto se da sin solicitarlo y dado con buenas intenciones.
Al no existir la ética de la reciprocidad la cual creo que ha ido perdiendo espacio en los últimos tiempos y que representa una Regla de Oro para forjar una historia de Oro tan anhelada como pilar para las futuras generaciones, estamos caminando al precipicio. Y, ¿porque debemos considerar dicha parábola?, porque hay muchos eventos donde el requerimiento de la reciprocidad no se evidencia, más lo banal suscita en grandes proporciones.
¡Será talvez por ego, por mezquindad, por falta de valoración personal, o por pérdida de moral!. Y ello empieza desde las familias núcleo de la sociedad y se evidencia en el proceder de las autoridades que nos gobiernan. Entonces al hablar de política social, hoy por hoy se encontraría desaparecida.
Consulto, ¿cuántos se empoderaron de lo que ocurrió en Quilanga?, con una destrucción masiva, ¿cuántos se han empoderado por colaborar por el prójimo que pierde batallas ante las enfermedades de sus seres queridos sin posibilidades de financiar sus gastos?, ¿cuántos toman conciencia de la inseguridad y la pérdida de vidas inocentes?, ¿Cuántos son conscientes de la destrucción a la naturaleza y el medio ambiente?¿Cuántos luchan para ayudar a las personas desposeídas, con capacidades especiales?, ¿Cuántos?, ¿Cuántos?, ¿Cuántos?.
Para los que nos gobiernan al buen entendedor pocas palabras donde su sufrimiento inicia cuando piensan en sí mismos y el prosperar inicia cuando trabajan en equipo, considerando las opiniones del posible enemigo, acusando receptividad y resiliencia en el tiempo.
Paúl Cueva Luzuriaga
paulscueva@hotmail.com