La palabra del político (II)

La palabra tiene que revalorizarse desde el discurso de los candidatos y el pueblo debe convertirse en auténtico veedor de la misma, sin su participación activa y decidida no podremos hablar de democracia; el proceso electoral no debe reducirse únicamente al acto del sufragio -aquello sería como ir a dar el examen final sin haber asistido a clases durante el año lectivo- el proceso electoral inicio con la difusión del calendario electoral y culmina con la proclamación de resultados, en todas sus fases los ecuatorianos debemos rendir pruebas de suficiencia y conocimiento para poder acceder al examen final que es el próximo 07 de febrero de 2020.

Pensar que solamente podemos acudir a las urnas sin haber preparado nuestro trabajo final y obtener el título de: “ciudadanos demócratas o democráticos” es un fraude mayor que promueve cualquier aprendiz de burócrata que ha sabido esquilmarle el dinero del pueblo y luego se presenta como el nuevo rico ecuatoriano; porque el dinero lo podemos recuperar juntos día a día con nuestro trabajo, pero no la fe y la esperanza de un pueblo que anhela vientos de cambio en esta nueva travesía electoral.

Hagamos conciencia de lo que significa el proceso electoral del próximo año y no dejemos que la utilización deshonrosa de la palabra con alta dosis de demagogia a cargo de los candidatos, obnubile nuestra conciencia y nuestro pensamiento democrático; para que esto suceda les deseamos: …buen viento …y buena mar.