La crisis económica y las elecciones crean un entorno propicio para reflexionar sobre el rumbo de nuestro país, que debe ser trazado con las luces de experiencias positivas, como las de los “tigres asiáticos”, que han desarrollado economías poderosas luego de superar niveles extremos de pobreza.
Tres aspectos destacan de estos modelos: seguridad jurídica, estabilidad política y promoción de la inversión nacional y extranjera. Estos elementos forman parte de un sistema que ha conseguido “milagros económicos”, circunstancia que nos permite ser optimistas en el sentido de que sí se puede mejorar las condiciones de vida del pueblo ecuatoriano.
Nuestro problema más grave es, sin duda, la falta de seguridad jurídica. A pesar de que dicho concepto ha adquirido la jerarquía de derecho constitucional, el irrespeto a la norma jurídica es cada vez más evidente; esto sucede con el más humilde de los ciudadanos, con los poderosos empresarios y con las autoridades públicas, quienes mayor obligación moral tienen para actuar dentro del marco legal.
Si nuestras autoridades no contribuyen con el respeto y cumplimiento de la ley el Ecuador continuará postrado en la pobreza y el subdesarrollo. Tenemos que salir adelante; un futuro mejor depende de nuestro propio esfuerzo. Empecemos por elegir, en las próximas elecciones, a los candidatos que mayor garantía nos presentan para crear un entorno favorable de seguridad jurídica.