Como padres de familia hoy en día es muy común ver que nuestros hijos pasan la mayor parte del tiempo junto a la computadora, el celular, el video juego, etc., dejando a un lado las actividades deportivas.
Las actividades deportivas en niños no solo favorecen el desarrollo físico, sino que interviene de manera directa en su estado emocional, social y cognitivo, está demostrado que cuando los niños practican algún deporte de manera regular, aumenta su capacidad de concentración, por lo tanto su rendimiento académico es mejor, además mejora las habilidades sociales, desarrolla habilidades en el manejo de la frustración y el estrés, brindando herramientas y estrategias que pueden utilizar a lo largo de su vida en diferentes situaciones.
El deporte en los niños debe cultivarse desde los primeros años de vida, respetando sus aptitudes y capacidades en todo momento para que puedan sentirse cómodos realizando la actividad física, en algunas ocasiones como padres generamos problemas en la práctica diaria obligándolos a que practiquen deportes o actividades que no son del agrado de los menores sino quien son del agrado que tenemos como padres.
Uno de los errores que cometemos por parte de los adultos (padres y entrenadores), se origina al generar presión, los intentos de motivarlos y el trato que reciban a veces no es el adecuado, si bien lo hacemos con el ánimo de ayudarlos en algunas ocasiones puede ser contraproducente, llegando a generar sentimientos de bloqueo, rechazo y desmotivación por la práctica del deporte llegando inclusive a abandonarlo.
Es importante recordar que detrás de un niño que cree en sí mismo, hay unos padres que creyeron en el primero, la mejor labor que tenemos como padres esta en apoyar a nuestros hijos en las actividades deportivas que ellos disfruten.
Luis Fernando Pilco Penaherrera
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