En esta semana hemos observado como desde Calvas, aún se piensa que la actual ciudad de Cariamanga vive en una en época precolombina, donde los caballos de paso y sus respectivos chalanes, son lo más importante de las fiestas de aniversario por los 158 años de cantonización. La mayoría de personas tienen la percepción que todo sigue igual y es tiempo de despertar ¿El pueblo de Calvas siente la necesidad de entrar en un proceso de administración diferente y de desarrollo sostenible?
Entre pasillos se conversa que la administración pública debe generar nuevas respuestas a las necesidades más complejas del ciudadano y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sobre todo de la zona rural: Colaisaca, Utuana, Sanguillin, El Lucero. ¿Es tiempo de empezar juntos a construir un nuevo Calvas? En el año 2019 el burgomaestre manifestó en la sesión solemne: “Ecuador aun no existía como país, sin embargo, Cariamanga ya era cantón”, en el 2020 dijo: “al Miess (a quien le entregarán el reconocimiento el día de mañana 15 de octubre por las cosas que tiene la vida, el destino) En el presente año 2021 ¿cuál será la frase célebre’? Esperemos que no se hable de Tomasito.
Desempolvemos la verdadera historia de Cariamanga (no me refiero a la obra de don Loaiza, que analiza muy bien la herencia de los paisanos del ahuaca, desde la época precolombina) sino a la historia de los sin voz de esta tierra: la voz de los sastres, mecánicos, comerciantes… Loor a Calvas, la ciudad amable y valiente en sus fiestas de cantonización. Necesitamos hoy también una Junta Patriótica de Calvas, que analice los problemas reales del cantón y gestione las obras más urgentes (por ejemplo, la Universidad Pública)
Nuestro homenaje a quienes aman su tierra de forma incondicional y que no necesitan de una sesión solemne para construir un cantón con esfuerzo y abnegación. Los mandantes pronto tendrán la respuesta en sus manos, y despertarán de la idea de “pueblo” mágico de la que les quieren convencer.
Cambio y fuera
Richard E. Ruiz O.
richardruiz.45@gmail.com