Cuando me hice anticorreista

Recuerdo que cuando tenía unos 15 años y comencé con mis primeras lecturas sobre política, estaba en gobierno Rafael Correa. Entonces, empecé a entender, por ejemplo, la necesidad de que se respete la libertad de expresión para cultivar una democracia verdadera, donde conviva la pluralidad. Por eso, comencé a cuestionar actitudes de turno en contra de esa libertad. Cosas así como censurar un programa que tiene una voz crítica contra el gobierno o querer deportar a una periodista que te cuestiona.

También entendí, por ejemplo, la importancia de que se respete la libertad de manifestarse, para que el Estado responda las demandas sociales. Por eso, comencé a cuestionar actitudes de turno en contra de esa libertad. Cosas así como mandar a que ataquen policías y militares contra manifestantes pacíficos en comunidades donde hay proyectos que afectan sus modos de vida.

Seguramente esas actitudes les resuena a Noboa. Evidentemente son contextos y proyectos políticos diferentes. No obstante, hay un común denominador: el autoritarismo. Elemento antagónico a un país democrático que pueda lograr justicia y libertad. Quizá los pro Correa y Noboa (sobre todo los radicales), aunque se crean muy diferentes, comparten la falta de autocrítica y el hacerse los locos con el autoritarismo cuando viene de su lado.

El populismo y el autoritarismo son hermanos siameses y aquí está el meollo del asunto. El populista siempre ofrece más de lo que da, entonces surgen voces críticas que tiene que apagar para sostenerse cuando el discurso no es suficiente. Y como endiosamos a los populistas y creemos que su voz es la del pueblo, aceptamos esas lógicas autoritarias. Es crónica de una muerte anunciada.

Por eso, si queremos un mejor país tenemos que sustituir la polarización y el endiosamiento por el respeto al otro y la autocrítica. Aceptar lo bueno y criticar lo malo venga de donde venga. Y dejar de votar por caras, para votar por procesos. Posdata: ni criticar a Noboa te hace pro Correa ni criticar a Correa te hace pro Noboa, la política no es una pelea de gallos.

Fernando Cortés Vivanco

fernandocortes.fjcv@gmail.com

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