Desde hace más de 30 años los gobiernos de turno vienen sosteniendo que el problema de la generación eléctrica en Ecuador, solo se debe a la falta de recursos hídricos. Por supuesto que está no es la razón que justifique el descuido de la gestión de los organismos estatales para solucionar este problema. La casi nula acción de las autoridades para prever o conjeturar lo que se venía y ampliar más hidroeléctricas; la carencia de responsabilidad e iniciativas técnicas, así como las ineficientes medidas de previsión y prevención aplicada para aliviar los efectos de la escasez de agua, a mí juicio reiterativas, se han mantenido, por desgracia, invariables y lejos de solucionar los problemas energéticos de nuestro país.
Muchos ciudadanos siempre se preguntan: ¿Qué medidas concretas, prácticas, eficaces cabe aplicar en las condiciones actuales? ¿Hay que esperar pasivamente a qué ocurran milagros?
La solución de los problemas energéticos es posible, aunque no resulte fácil. Lo primero de lo primero es emprender en ampliar las fuentes de energía existentes y el fortalecimiento de sistemas eólicas, así como en la investigación de la fotovoltaica y sobre todo y ante todo en
la geotérmica, la que se «obtiene mediante el aprovechamiento de calor interno de la tierra, que globalmente se puede considerar continúa e inagotable a nivel humano».
Para que esta tarea pueda dar frutos, es condición indispensable el trabajo multidisciplinario, en el cual cada experto contribuya con los datos e investigaciones de su especialidad y de sus análisis.
Ese es el desafío de nuestra época.
Jaime Guzmán R.
jaimeantonio07@hotmail.es