Cómo prefiere el agua…

Nuestra particularidad de inconformidad sigue resultando enigmática. El que no tiene familia quisiera tener una y el que la tiene no la valora; me tomaría más de lo permitido referirme a todo lo que tenemos o queremos, ya que siempre estamos deseando algo diferente, sin perturbarnos el que existen personas, que están peor que nosotros y, sin embargo, son más felices.

Ahora la pandemia es el mejor pretexto para justificarnos; porque no tenemos empleo o no podemos viajar, porque debemos cubrir nariz y boca sin identificarnos libremente o se prohíbe hacer reuniones para distraernos, están cerradas los centros educativos o no podemos cuidar como quisiéramos de los enfermos etc. etc. Todo esto es innegable que nos afecta; pero todavía es necesario seguir haciéndolo sin bajar la guardia, ya que de lo contrario caeríamos en aquella simple analogía del cuento de la rana, que cuando se la pone en la olla con agua hirviendo la rana salta de inmediato y no se quema, pero si la ponemos en la olla con agua fría que vamos calentando de a poco, la rana se queda tranquila hasta que pierde fuerzas y muere. Necesitamos saltar fuera de la olla antes de cocinarnos o poner en peligro la vida de los demás; sin hacernos los desentendidos y aprovechar para reinventarnos como ya lo hacen algunos; quizá siendo más gratos y menos rencorosos, más imaginativos y menos egoístas, mas empáticos y menos envidiosos.