Como ciudadano preocupado por la calidad de la atención médica en nuestro país, me veo en la obligación de reflexionar sobre la situación actual de la formación de médicos en Ecuador. Las recientes noticias que han surgido en torno a la sobrepoblación de facultades de Medicina, el cuestionamiento a la efectividad del examen de habilitación y la falta de oferta académica de especialidades médicas plantean un panorama preocupante que requiere nuestra atención inmediata.
Es evidente que la formación de médicos es un pilar fundamental para garantizar la salud y el bienestar de la población. Por tanto, es imperativo que se realicen cambios significativos en el sistema educativo para asegurar que los futuros profesionales de la salud cuenten con los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñarse de manera competente.
Es necesario revisar a fondo el proceso de formación médica, desde la selección de los estudiantes hasta la evaluación de su desempeño una vez egresados. Se debe priorizar la calidad sobre la cantidad, asegurando que las universidades formen a profesionales comprometidos con la excelencia y la ética en su ejercicio.
Es momento de replantear nuestras estrategias y trabajar en conjunto para mejorar la formación médica en Ecuador. Solo así podremos garantizar un sistema de salud sólido y confiable para todos los ecuatorianos. La salud de nuestra población no puede esperar, es hora de actuar con determinación y responsabilidad.
Santiago Paul Saraguro Jaramillo
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