Conocidos los resultados del Segundo Festival del Pasillo Lojano, cuya gran final se desarrolló el pasado once de octubre en el Teatro Nacional Benjamín Carrión Mora, no podemos, sino, mostrar complacencia y felicidad plena por cuanto, con el primer lugar, ha sido galardonado el pasillo “Tu ausencia en mi retrato”, autoría y composición de Fabián Andrés Pinza Tapia, e interpretación magistral de Jonathan David Betancourt.
A Fabián Andrés lo conozco desde hace ya varios años, y en el trascurrir del tiempo he podido seguir de cerca su trayectoria brillante como músico, compositor e intérprete. Y ahora como autor. Soy testigo de la pasión, la dedicación, la disciplina y la humildad, cuyos aspectos son ingredientes vitales en la existencia de todo artista. Líneas similares podemos escribir de Jonathan que, con paciencia, tesón y perseverancia, ha forjado una trayectoria digna de emular.
Con toda una herencia musical indiscutible, debido a la trayectoria de su padre, el Dr. Benjamín Pinza Suárez, Fabián Andrés, en la autoría y composición, y Jonathan David en la interpretación, han transmutado al pasillo lojano al pedestal más alto de la música, lo cual reivindica un pilar sustancial de la vocación histórica de Loja. Y a los lojanos de bien nos corresponde, como seres humanos diáfanos y sensatos que somos, aplaudir de pie estos logros y trasladarlos a la esfera de la opinión pública. Porque las glorias de nuestros grandes, como lo son Fabián Andrés y Jonathan, son las glorias de Loja.
En este contexto, y dadas las circunstancias, “Tu ausencia en mi retrato” ya forma parte del sólido y prestigioso pentagrama musical de la nación ecuatoriana. No porque lo digamos nosotros, sino porque un grupo de expertos ha percibido, en su composición e interpretación, la calidad con que está revestido. Además, por los criterios sumamente elogiosos de entendidos en la materia. Todo esto, resultado del talento innato de estos lojanos prodigiosos, y de las jornadas enteras y apasionadas de labor artística. Mi gratitud y enhorabuena, como lojano, y mi abrazo amplio, de cariño y admiración para ellos, como amigo. Sus alegrías son las nuestras.
José Luis Íñiguez G.
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