Desde mi perspectiva, la decisión de la Contraloría de ocultar los retratos de los excontralores corruptos Pablo Celi y Carlos Pólit marca un hito en la lucha contra la corrupción en nuestras instituciones. Este gesto simbólico no solo representa un rechazo contundente a la impunidad, sino que nos recuerda la importancia de la transparencia y la ética en la gestión pública.
La corrupción mina los cimientos de nuestra sociedad, socavando la confianza de los ciudadanos en sus líderes y en las instituciones que deberían velar por el bienestar de todos. Es esencial que como sociedad rechacemos enérgicamente cualquier forma de corrupción y exijamos que se rindan cuentas por los actos indebidos.
La tapa de los retratos de estos exfuncionarios procesados por corrupción es un gesto de dignidad y responsabilidad por parte de la Contraloría, que envía un mensaje claro sobre la intolerancia hacia la corrupción. Este acto debe inspirarnos a todos a mantenernos vigilantes, a promover la integridad en el servicio público y a abogar por una gestión transparente y honesta.
La lucha contra la corrupción es un compromiso colectivo que requiere la participación activa de cada ciudadano. Debemos alzar la voz, exigir que se haga justicia y trabajar juntos para construir una sociedad basada en valores como la transparencia, la ética y la responsabilidad. Solo así podremos avanzar hacia un futuro más justo y equitativo para todos. ¡Es momento de actuar con determinación y construir un país donde la integridad sea la norma, no la excepción!
Santiago Paúl Saraguro Jaramillo
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