¡San Valentín se ha infectado de Covid!

¡No es justo que San Valentín se haya infectado de Covid! He aquí la disyuntiva: hemos de aislar a la epidemia o al amor, «porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren» canta Joaquín Sabina. Nos preguntamos esperando que alguien nos auxilie con la respuesta ¿Qué hacer con el amor en tiempos de pandemia?

En las redes sociales circuló un texto gracioso que invita a los solteros y divorciados a aplaudir en sus balcones a determinada hora para «reconocer el esfuerzo que están haciendo los casados». Esto muestra una gran verdad: la pandemia ha desenmascarado la vulnerabilidad del ser humano, su fragilidad, sus inconsistencias, sus dudas, temores, su necesidad de redención; ha cuestionado las certezas que teníamos. Dejándonos la pregunta ¿Qué es realmente lo importante y necesario?

Se ha difundido mucha información acerca del contagio, qué hacer y qué no hacer; tanto, que estamos saturados de precauciones. Pero a nadie se le ocurrió cuidar del amor; no sabíamos que mientras el amor es más fuerte que la muerte, es tan vulnerable a la soledad, al distanciamiento, a la “cercanía virtual”…

La humanidad ha sobrevivido a guerras, crisis, fenómenos naturales y a un sinfín de tragedias, pero ha perecido ante la falta de amor.

 Es tiempo de elegir si simplemente existir o dar el paso trascendental a una vida consciente. Es tiempo de dejar de mirarnos y empezar a mirar al otro, a los otros; volvernos nuevamente humanos, capaces de sentir amor y dolor por mí y por el otro.

Hay tiempo de llorar y tiempo de reír. ¡Ya hemos llorado! Es momento de volver al amor, es el momento de amar y de dar amor, porque solamente ¡El amor hace que todo valga la pena!

Zoila Isabel Loyola Román

ziloyola@utpl.edu.ec