Para que el mal triunfe, solo se necesita que las personas buenas no hagan nada

Uno de los grandes problemas del debate sobre la inseguridad que vive el país, es que el debate se da entre qué gobierno cometió más errores para que estemos como estemos, quién tiene la culpa, etc. Lo mismo pasa en la campaña electoral. El debate se posiciona sobre el miedo, sobre el ataque al otro para señalar de dónde viene el error. Yo pregunto ¿decir quién tiene la culpa revive a los muertos? no. ¿decirle al gobierno de ahora, al anterior que tienen la culpa soluciona el problema? no. Es importante otorgar responsabilidad sin duda, pero también asumirla. Es importante decir quienes dieron paso a que el problema llegue a la bomba que parece explota ahora para no cometer los mismos errores, pero no para quedarnos tan solo en eso, en ver quien encendió la mecha. Eso no sirve de nada. Hasta que no veamos las cosas estructuralmente, la inseguridad con todas sus causales y niveles, y por ende podamos avisorar soluciones de manera técnica con política pública.

Para que el mal triunfe, solo se necesita que las personas buenas no hagan nada.

¿Qué de bueno podemos hacer entonces?

1.-electoralmente votar por el proyecto que técnicamente nos de soluciones factibles y no parches que suenan bien, como más policías, militares etc. Hay que recordar algo clave en la construcción de política pública (soluciones a problemas públicos) y eso es “La solución no es la ausencia del problema”.

2.-cívicamente, preguntar, leer sobre el tema si no sabemos para no caer en relatos, ni datos que manipulan a conveniencia. De eso mucho hay en esta campaña que quiere capitalizar el problema de inseguridad como bandera electoral. Aquí pregúntense algo ¿si todos los candidatos tienen la fórmula mágica para que desde el 2025 seamos el país más seguro porque nos dejan desangrar como país hasta entonces?

3.-socialmente, organizarnos desde la estructura más pequeña, los barrios. Actualmente uno de los grandes problemas es la desconfianza ciudadana y la única manera de romper esa atomización es volver a confiar en el otro desde estas estructuras que nos permita construir ciudad.

4.-éticamente, practicar tolerancia a la idea ajena. Buscar conocimiento que nos permita no defender una posición dogmáticamente, es decir, a ciegas. La política es ideológica sin duda, pero también debe ser técnica. Caso contrario creamos religiones, pero no soluciones.

Repito, para que el mal triunfe, solo se necesita que las personas buenas no hagan nada.

Pablo Ruiz Aguirre

pabloruizaguirre@gmail.com

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