No son cuatro niños

Cuatro niños desaparecieron el 8 de diciembre de 2024, en el sur de Guayaquil. Sus familias denunciaron el hecho esa misma noche, aseverando que habían sido detenidos por militares, mientras que el gobierno sostuvo que intentaron asaltar a una mujer.

El presidente Noboa sugirió que los niños fueran declarados héroes nacionales, en un intento de convalecer la grave situación. Sin embargo, ¿por qué hacerlo cuando ningún niño debería ser héroe, si no, simplemente, un niño? No es justificable que existan imágenes en las que militares abusan de su «uniforme», colocando la rodilla en el pecho de un niño de 11 años. No es justificable que la milicia empuñe sus armas contra seres indefensos mientras temen a los sicarios que pululan por las calles. Si permitimos esto como sociedad, algo está profundamente mal.

El problema radica en que no son solo una cifra más de desaparecidos: podrían ser nuestros hermanos, nuestros hijos, nuestros nietos. No se trata de personas pobres del suburbio de Guayaquil; se trata de seres humanos que merecen respeto, una vida digna y paz.

El Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos, con un silencio cómplice y ensordecedor, será juzgado por la historia como un simple ministerio de cartón. ¿Cómo no politizar este caso, si la pobreza en que vive esta gente es humillante? Hay familias que han perdido sus empleos, pequeños negocios quebrados por la falta de energía y personas desaparecidas en circunstancias dudosas.

Si esta realidad tuviera la voz de niños, se contaría de otra forma: sin héroes ni heroínas, sería humana y desgarradora. No son solo cuatro niños de las Malvinas: somos millones de personas reclamando justicia a un gobierno indolente e incapaz.

David León Ortega

davixo99@gmail.com

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