La nueva religión de la economía

Nuestros abuelos comentaban que antes el enfermo grave, cuando estaba al borde de la muerte, musitaba: ¡Llamen al cura! Pasaron los años y el afligido en su agonía graznaba: ¡Llamen a la ambulancia! Ahora, en cambio, el desesperado, se pone la venda antes que le llegue la herida de la muerte y exclama: ¡Llamen al economista! Usted mismo haga el siguiente experimento, prenda la radio o la televisión para escuchar los noticieros y se dará cuenta que los comentarios políticos, análisis, opiniones y demás están a cargo de egregios economistas, portadores de mensajes de salvación, obsesionados con el crecimiento y los incrementos exponenciales del consumismo; de los impactos en la sociedad de las externalidades; de cómo contabilizar en la macroeconomía la pérdida de patrimonio como incremento del ingreso… Y si vemos en el ámbito político, la nueva religión de la economía se ha enquistado, cual Hidra de Lerna, de tal forma que las gentes creen que solo el “economista político” podrá salvarnos en las duras y en las maduras. Qué dirán ahora los idólatras de la nueva religión crematística cuando lleguen a saber que la economía ni siquiera es una ciencia (Cfr. Max-Neef, 2011, La economía desenmascarada…); que si los economistas fueran científicos se comportarían como tal, es decir, que si una teoría o un modelo no funciona inmediatamente lo cambian para buscar otra alternativa. Algo que exactamente no hace el conspicuo economista. Hoy tenemos a políticos asesorados por economistas que no conocen ni entienden la realidad. ¿Será que los economistas crematísticos no quieren cambiar el modelo económico que tenemos por conveniencia, para conseguir intereses espurios de carácter personal como ocupar cargos de asesoría en monopolios, oligopolios y conglomerados financieros, a costa de forzar a la humanidad a vivir con indignidad o pobreza? De este sistema económico perverso que tenemos hoy ¡líbranos, Señor!  Voilà.

Jorge Benítez Hurtado

jabenitezxx@utpl.edu.ec

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *